14.6.10

Christina Rosenvinge, en persona









Texto: Miguel Martínez
Fotografía: Anabel Luna


La autora de “Tu labio superior” supo adaptarse a un concierto de distancias muy cortas en el ciclo En Persona, acompañada de Chris Brokaw, Raül Fernández y Charlie Bautista.
Segunda entrega del ciclo En Persona, que hasta ahora se viene celebrando en la barcelonesa sala Luz de Gas. El guión de esta iniciativa: juntar sobre el escenario a varios nombres con cierta relación musical entre sí y provocar su interacción en directo, con mezcla de ligero ensayo previo y espontaneidad. Y, como guinda, a mayor gloria del carpe diem, el público participando activamente y haciendo preguntas a quienes están sobre el escenario.


El 11 de mayo inauguraron la iniciativa Nacho Vegas, Fernando Alfaro y Abraham Boba y este 10 de junio fue el turno de Christina Rosenvinge, que ejerció de foco principal, Chris Brokaw (el de Codeine y Come), Raül Fernández (Refree) y Charlie Bautista (Amigos Imaginarios). Cuatro guitarras sobre el escenario iniciaron el pase, a las que a medida que avanzaba el repertorio se fueron incorporando, según el tema, el piano (Rosenvinge y Fernández) y las percusiones (Fernández y Bautista). Las voces, turnándose, mezclándose.


La idea de En Persona es buena -quien haya visto el estadounidense “VH1 Storytellers” sabrá que es así-, aunque el resultado de cada noche, como todo lo que tiene que ver con los saltos sin red y a tumba abierta, dependerá del viento que sople. En términos de público, la que nos ocupa fue abanicada, básicamente, con preguntas del estilo fan fatal, con todas las preguntas dirigidas a la rubia madrileña, de manera que aquello, cuando el respetable cogía el micrófono, parecía más que nada un concurso de declaraciones de amor. “Christina, es que eres maravillosa, y ya sé que soy muy pelota...”, dijo una chica. Imaginad. Pero bueno, al menos nos enteramos de que en el iPod de Rosenvinge el rey de los últimos meses ha sido Bill Callahan y su “Sometimes I Wish We Were An Eagle”. Y de que aunque le gustan algunas canciones de su etapa en Álex y Christina, como “Sylvia cometió un error” (que le pidieron, pero no se atrevió a tocar porque no la tenía muy presente), a la mayoría las califica de “bochornoso error”.


Los mejores momentos del concierto: 1) el clásico del folk afroamericano “Stagger Lee” con Chris Brokaw soltándose el pelo por primera y única vez y Christina ayudándole a sugerir una especie de versión doméstica del “Where The Wild Roses Grow” de Nick Cave y Kylie Minogue; 2) Rosenvinge defendiéndose con el catalán mientras defendía nada corta de encanto el repertorio de Refree; y 3) ella, de nuevo, enseñando por debajo de la puerta la patita de un par de temas de su próximo álbum, con uno, que versa sobre el mito de la joven ninfa Eco, especialmente inspirado, tanto en letra como en melodía. Acabó la actuación con una versión de “All Tomorrow's Parties” de The Velvet Underground, porque, según la protagonista del evento, “con ellos empezó todo”. Mujer, que tampoco es eso (¡el primer testimonio de la de la canción “Stagger Lee” es de 1865!).

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